DANGEROUS WRITING
Busco incansablemente
aquello que me sorprenda. Y… hablo de literatura. Y aunque sea algo complicado
de encontrar (que de ello ya se encargan las uniformadoras editoriales) sí que
hay veces que topamos con cosas que
huelen distinto.
Fue una recomendación amiga (Félix y “Asfixia) la que me
llevo hasta Palaniuk y otro amigo el que me dijo: “Has empezado por el
discípulo, ve hacia el maestro” y así
descubrí uno de los libros que más me ha sorprendido en los últimos tiempos y
por extensión una corriente literaria desconocida para mí.
Fue así como llegué hasta Tom Spanbauer( Idaho, 1946) y su libro “El hombre que se enamoró de la luna”. Ya su primera línea hizo que
me quedara atrapada hasta la última:
“Si tú eres el diablo, no soy yo quien cuenta esta historia.”
Y el propio libro es una sucesión de historias contadas,
entrelazadas, quizás es un libro acerca del amor por contar historias.
“- Cuéntanos una historia- dice alguien-. Cuéntanos la historia del hombre que se enamoró de la luna” o ¿Qué es un ser humano sin una historia?”
El libro habla de una
atípica familia en un atípico pueblo del lejano oeste a finales del siglo XIX. Los miembros de la
familia son Ida Richelieu, dueña del prostíbulo en el que trabaja el
narrador llamado Afuera-en-el-cobertizo
(porque es en el cobertizo donde ejerce de chapero), Alma Hatch, la
hermosa prostituta que habla el lenguaje de los pájaros mientras trabaja,
y Dellwood Barker, pistolero, filósofo y enamorado de la luna.
Constituyen uno de
esos grupos humanos que viven haciendo lo que les da la gana, totalmente libres,
sin cortapisas morales, practicando un amor sin barreras ni ataduras, y
entendiendo el sexo como uno y universal. Los protagonistas pasan su vida
bebiendo, practicando sexo hetero y homo, y contando historias…o escribiéndolas…o inventándolas.
Spanbauer, creador de una nueva corriente literaria estadounidense,
la bautizó como literatura peligrosa o
literatura de riesgo. Un estilo minimalista, que me provoca la sensación de que
el lenguaje ha sido descompuesto y vuelto a armar por el escritor. Y “peligrosa”
(y esto sí que os lo cuento por las lecturas que hice de la misma por los
mundos del internet) por el peligro que corre el autor en la propia
creación. El escritor, en un proceso que
recuerda a la oración personal, inicia
un viaje ir a un lugar dolorido en su
interior y debe investigar qué es lo que duele, dónde está la
llaga. Eso implica llegar a un sitio
dentro de ti donde sientes miedo, implica reconocerlo, investigarlo, viajar por él, y
según el propio Spanbauer, en ese viaje el caos se convertirá en cosmos y el lector
experimentará ese viaje con el autor.
Las novelas de Spanbauer tienen algo de biográfico, dicen
los críticos y él mismo, y eso es lo que enseña en sus clases y talleres de
literatura creativa, a construir historias y literatura a partir de las
limitaciones o de las miserias íntimas y personales de cada uno. Por todo eso
la involucración de los escritores con las páginas que escriben se supone excepcional.
Literatura que suena distinto, fresca y capaz de mezclar la
risa y el drama en la misma página, interesante en cualquier caso. Yo disfruté
y disfruto.
Qué buena crítica, Ana. Me encanta que recomiendes esta novela porque a mí también me fascinó. Desde entonces he buscado y leído toda la bibliografía de Spanbauer pero sigo quedándome con "El hombre que se enamoró de la luna". Creo que es su obra más potente y mágica.
ResponderEliminarJosé Á.
Con estas alabanzas va ser muy difícil sustraerse a la lectura de este libro. Ya lo tengo en mi IPad, aunque me da un poco de miedo meterle mano, no sé si estaré preparado, como dices que es literatura de riesgo...
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